lunes, 25 de agosto de 2014

Mi primera exposición individual.

Y si la muerte viene a buscarme 2006
Cuando en el año 2005 me propusieron que redactara un proyecto para concursar en una exposición individual en El Prat de Llobregat, Barcelona, tenía claro que no quería presentar una sucesión de obras sin un  hilo conductor. Así que decidí hablar de mi concepción de la muerte, un tema que ya había tocado en otras ocasiones. Si la primera ley de la termodinámica establece que la energía no se crea ni se destruye sino que se conserva, con la energía humana —pensé— debería ocurrir lo mismo. Por lo que según ese principio la muerte no existe.  A mi modo de ver existen estados distintos. Tan distintos  que los humanos somos incapaces de comprender igual que sucede con los posibles recuerdos de la vida intra-uterina. Una vida plácida, cálida, sin preocupaciones. Ni respiramos por   los pulmones ni comemos por la boca. Y al nacer ¡¡vamos hacia la luz!!... (tal y como describen los seres que han tenido experiencias cercanas a la muerte).  Desde el interior de nuestra madre vamos a un mundo ruidoso, con luz, con olores, sabores.... donde será un esfuerzo respirar, comer, defecar, andar, en definitiva: ¡Vivir!. ¿Cómo explicaría un feto a otro feto ese nuevo estado al que llega si no fuera volviendo a la vida uterina a través del canal del parto? Como bien saben eso es algo totalmente imposible.  Igualmente imposible es volver de ese estado llamado muerte. A pesar, tal y como he mencionado más arriba, de que muchas personas han tenido experiencias cercanas a la muerte, no esta claro lo que han experimentado..

Vista de la sala con la obra El dedo que quería ser una ventana de Gaudí.


 Lo que ocurre en ese otro estado o dimensión es del todo imposible averiguarlo. Por eso morir no es dejar de vivir o dejar de existir, es pasar a otro estado tan distinto que hasta que no cruzas esa puerta no sabes cómo es. Y, por supuesto, igual que después del parto no recuerdas cómo era tu vida uterina. ¿Qién nos dice que una vez que cambiemos nuestro estado energético vamos a recordar el actual que, inexorablemente, vamos a dejar? O quizá, esa otra dimensión o estado es como una infinita ecografía prenatal y podemos observar, aconsejar y cuidar a los que dejamos aquí. Misterios insondables que yo no puedo resolver.
El naufragio de los cipreses, papel fotográfico.
Radiografías de dedos y pies.



                                   No , no has muerto, no.
                                   Renaces,
                                   con las rosas en cada primavera.
                                                                          Juan Ramón Jiménez






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